TODO AL VERDE

Una apuesta por lo ecológico.

No es posible entender lo que ha significado el año 2019 para la industria del packaging sin mencionar un término: sostenibilidad.
Tanto por factores internos como externos, el sector ha tenido en este curso que ponerse las pilas en un momento en el que todos los operadores de gran consumo han optado por anunciar y, en la mayor parte de los casos, empezar a desarrollar ambiciosos planes en los que tanto envases como embalajes estaban en el centro de la estrategia. Pese a que el mundo del E+E estaba preparado desde hace tiempo para responder a esta necesidad, la urgencia de reinvención de muchos de sus clientes ha sido realmente abrumadora. Con el plástico en el centro gravitacional de todos estos cambios, las medidas abordadas por el gran consumo fuerzan patrones diferenciados, pero en general claros que afectan a todos los materiales y que tendrán que ponerse en práctica en un corto periodo de tiempo.
La innovación en el packaging forma parte de su ADN prácticamente desde su origen. La búsqueda de nuevos materiales, formatos y mejoras ha sido la constante que ha permitido que los productos envasados hayan arrinconado con el paso del tiempo otras formas de venta.

Pero dentro de esta norma, la realidad es que la industria siempre ha tenido sus propios tiempos tanto para el desarrollo de una novedad como para su comercialización masiva. Sirva de ejemplo “reciente” el caso de un material tan popular hoy en día como el PET, formulado a principios de los años 40 que, sin embargo, no llegó a las estanterías hasta finales de los 70 alcanzando verdadera fama en la década de los 90. Ese esquema tan paciente se ha roto en los tiempos actuales debido a una serie de cambios sociales, económicos y productivos que van a forzar a la industria del envase y embalaje a transformarse de una manera totalmente radical en el comparativamente breve lapso de diez años.
Esta es la ventana que tanto sus clientes como instituciones internacionales han definido para dar un giro completo a esta industria. Desde la Unión Europea, que en pos del modelo productivo de la Economía Circular busca que en 2030 todos los envases sean reciclables o reutilizables; hasta la ONU, que a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, a implantar también en ese año, promueve cambios que implícitamente afectan también a este mundo. En el caso de los operadores de gran consumo, los tiempos se achican más.

Aunque 2030 es la meta final de los planes presentados por los principales actores de este mundo, existen en la mayor parte de los casos objetivos más inmediatos que deberán ser visibles entre 2021 (año en que entrará en vigor la primera fase de la nueva Directiva Europea 2019/904 sobre plástico monouso) y 2025, y que en su mayor parte versan sobre un cambio total en el portfolio de los envases empleados por estas empresas en favor de materiales reciclables, compostables o biodegradables.

Sostenibilidad

No podemos entender el futuro del sector sin priorizar la gestión sostenible, que marcará el futuro industrial y económico

Innovación

La diversificación y la búsqueda de soluciones que nos permitan ofrecer al mercado lo que demanda en cada momento tratando de ir siempre un paso por delante

Desarrollo

Desde la obsesión por la mejora de la materia prima y la continua búsqueda de nuevos materiales hasta la férrea consecución de la calidad en el producto final